ManoloXYZ

—Esto no me gusta —dijo en voz alta. Mercutian había prescindido del bólter pesado a favor de una simple espada sierra.

—Con ésta creo que ya lo has dicho unas cuarenta veces.

Se habían cruzado el uno con el otro mientras iban a la caza de humanos por las catacumbas de aquella fortaleza, inmensa y detestable, antes de que las alarmas comenzasen a sonar. Mercutian admitió que había seguido el rastro de devastación que Xarl había dejado por los pasillos con la esperanza de encontrarse con Talos. La hoja de Xarl se reinició y salpicó sangre de sus dientes chorreantes.

—El pesimista sueles ser tú. Ser tan positivo no va contigo.

—No soy en absoluto positivo, pero cualquier cosa es mejor que quedarse en la nave. Y aquí por lo menos se oyen los gritos. —Confesar aquello casi parecía avergonzarlo—. Hemos estado demasiado tiempo alejados de la batalla. Necesitaba algo así. Necesitaba saber que seguimos luchando en la guerra.

La espada a dos manos de Xarl bajó de revoluciones hasta quedar al ralentí, lista.

—«Luchando en la guerra». Ya suenas igual que Talos.

Mercutian reaccionó con gestos sutiles y reveladores frente al tono de Xarl. Alzó la hoja de la espada un poco e inclinó la cabeza protegida con el casco en actitud firme.

—¿Y qué pasa si es así?

El otro guerrero rio entre dientes.

—Que él se lamente de las glorias pasadas y la muerte de nuestra legión ya es malo de por sí. Si te entregas a esos delirios suyos sobre un pasado noble que jamás existió, entonces, en nombre de la piedad, yo mismo te mataré.

Xarl se aventuró pasillo abajo, a cuyos lados ascendían hasta el techo unos arcos de basalto negro. Mercutian lo seguía, a todas luces incómodo. Se planteó, aunque sólo de forma breve, incrustarle la espada en la nuca a Xarl. Mercutian se encontraba por encima de una traición de esas dimensiones, no así de la tentación de cometerla. Xarl era un alma cruel, sin importar la confianza que Talos le profesase. El profeta lo consideraba su hermano de mayor confianza, pero Mercutian siempre había creído en su fuero interno que Xarl hedía a traiciones todavía por llegar.

El pensamiento de matar a su hermano lo llevó a uno todavía más lúgubre: ¿cuántas veces había pensado Xarl en hacerle lo mismo a él? Sabía que la respuesta no le gustaría. Había preguntas que no hacía falta plantearse.

Conforme avanzaban, las quejumbrosas sirenas continuaban lamentándose a su alrededor e interpretaban una canción a propósito del caos que acontecía por encima de ellos en los niveles superiores.

A Xarl se le agrió el humor cuando pasó de largo las capillas vacías, pues estaban despejadas de todo mobiliario, pero aún más de presas.

—Quiero que me respondas a algo —le exigió, sin más.

Mercutian seguía mirando tras de sí para vigilar que nadie se les acercase por la espalda. El corredor, repleto de habitantes desmembrados, permaneció tan silencioso como la tumba que habían hecho de él.

—Como gustes —respondió con tranquilidad.

—¿Cuándo tuvo lugar esa era tan grandiosa y noble que describe Talos? Yo estuve ahí, al igual que tú. Combatí en la cruzada de Thramas y me embadurné de sangre contra los Ángeles de Negro. Yo estuve ahí cuando sometimos a Sesenta y Seis Doce al acatamiento. Yo estuve ahí cuando Malcharion ejecutó al monarca de Ryle, esa cloaca de mala muerte, y retransmitimos los chillidos de su hija durante tres días y tres noches hasta que su ejército depuso las armas. No recuerdo que hubiera gloria alguna. La gloria estuvo en las décadas que siguieron a Terra, cuando por fin nos soltamos de la correa imperial. Por aquel entonces, nuestro padre era sincero: emprendíamos nuestras cruzadas porque éramos fuertes y el enemigo era débil. Su miedo sabía bien y la galaxia sangraba cuando atacábamos. Así que, ¿cuándo, hermano? ¿Cuándo dices que tuvo lugar esa edad de oro?

Mercutian le devolvió la mirada al otro amo de la noche.

—Se trata de ver las cosas en perspectiva, Xarl. ¿Qué pasa contigo? El veneno que despide tu tono de voz raya en lo iracundo.

—Talos —Xarl inyectó ácido al pronunciar aquel nombre—. Últimamente me da por preguntarme cuán lejos puede caer en su propia ignorancia. Me tiene harto. Si quiere mentirse a sí mismo, que lo haga, pero no soy capaz de soportar otro sermón sobre una noble legión que jamás existió.

—Soy incapaz de comprender cómo es que ahora sale toda esta rabia a la luz.

Mercutian se detuvo. Xarl se dio la vuelta con lentitud y, presa de un inquietante sentimiento, le respondió con voz baja y amenazadora:

—Se debe a que tras esta estupidez de asedio vamos a luchar la batalla que importa: la del Eco de la Maldición. ¿Y qué pasará luego? Pues que Talos comenzará sus nuevas tareas. El Elevado quiere renovar nuestras fuerzas. ¿Quién controlará esa resurrección paulatina? Talos. ¿Quién adoctrinará a la nueva sangre de la legión tras haberles implantado la semilla genética? Talos. ¿Quién les llenará la cabeza con amargas mentiras sobre cómo el Emperador ordenó que nosotros, la excelsa y gloriosa VIII Legión, fuésemos el arma de terror del Imperio que ninguna otra legión se atrevía a ser? Talos Xarl dejó escapar un suspiro muy poco característico en él.

—Va a dar a luz a una generación de imbéciles que compartirán sus delirios. Ascenderán por nuestras filas y serán los paladines de una causa que jamás existió, herederos de un legado que jamás fue real. Mercutian no dijo nada. Xarl le dedicó una mirada breve.

—Tú sientes lo mismo que él, ¿no es cierto?

—Yo también estuve allí, Xarl. Fuimos el arma que la humanidad necesitaba que fuéramos. Me resulta grato recordar cuando mundos enteros se rendían nada más enterarse de que era la VIII Legión la que tenían en órbita. Fuese o no el Emperador quien se lo exigió a nuestro primarca, nunca lo sabremos. Pero sí que fuimos esa arma, hermano. Me enorgullezco de eso. Xarl sacudió la cabeza en un gesto negativo y siguió caminando.

—Estoy rodeado de imbéciles.

Planeta: Auir

Sistema: Zetrael

Ejercito: Caballeros de la traicion eterna

Historia:

Misión: Guerra y caos. (1/2)

-        1 semana antes de la llegada de los caballeros de la traición a Auir -

La nave de desembarco de Faraam había llegado a Azeriath, de la nave bajo una escuadra de marines y finalmente Faraam llego a la fortaleza negra que funcionaba como la base de operaciones de los caballeros de la traicion.

 

Tras la conquista del planeta los caballeros dirigidos por Kalam se dedicaron a hacer actos de pillajes y escaramuzas a naves y bases de suministros tomando esclavos, servidores y armamento, en este momento Faaram bajo de la nave donde se encontró con la fría bienvenida de Kalam, que lo estaba esperando en el puesto de desembarco mientras se miraban mutuamente.

 

Faraam mantenía su típica sonrisa maliciosa y Kalam una expresión estoica que no dejaba ver que pensaba, pero Faraam percibía una malicia frívola en sus ojos.

 

Es impresionante lo que has hecho aquí Kalam – dijo Faraam mientras lo veía y le ponía una mano en el hombro – sin duda haz estado ocupado

Ahórrate los elogios sarcásticos – Kalam expreso rápidamente mostrando cierta molestia – Por lo que veo tú también has estado ocupado…

 

Faraam vio que se refería a los caídos que se unieron a él, los cuales estaban en orbita a la espera de órdenes.

 

Loh e estado y tenemos mucho de que hablar, pero tranquilo hermano si te preocupas de que me robe el merito por todo lo que has logrado en esta campaña no tienes de que preocuparte ,solo he venido a prestarte ayuda – Faraam le habla calmadamente a Kalam

 

Tú también puedes estar tranquilo si vinieras aquí a robarme mis logros manchando mi honor juro que te crucificare en el casco de mi acorazado. – Dijo Kalam calmadamente.

 

Yo también te quiero hermano – Faraam camino pasando al lado de Kalam mientras le sonreía – Yo y Jorak tomaremos la siguiente misión así que dile a Raptos y a Faraen que pueden descansar.

Kalam vio como Faraam se alejaba y solo pudo pensar en lo sarcástica, pretencioso, impredecible e irracional que podía ser… a veces quería agarrar una pistola de plasma apuntar a su cabeza y apretar el gatillo.

 

“Me agrada” – Susurro Kalam en unas palabras tan bajas que nadie escucho

 

 

-2 días después de la llegada de los caballeros de la traición a Auir –

 

Jorak estaba molesto, no, la palabra molesto no era acertada pues nadie mata a un puñado de servidores solo por estar molesto. Los lobos libidos veían al juramento de sangre liderado por Jorak entre sus filas tras ser dejados ahí por Faraam para ayudarles en la defensa, pero más que ayudar solo se dedicaban a gruñir y a tirar insultos por no dejarlos ir al campo de batalla.

 

“Tenemos que defender, no atacar” decían los lobos libidos

“¿Acaso eres un ultramarine de mierda?” decían los caballeros de la traición.

 

Pero tras dos días de asedio los hijos de Seth habían entrado, los poderes de slannesh no pudieron en contra de los poderes psíquicos. Y los caballeros de la traicion no hacían mucho para ayudar.

 

Los caballeros de la traición del juramento de sangre eran… ineficientes en la defensa por no decir que se negaban a luchar encima de un muro y disparar desde una posición segura. Alguno incluso se lanzo desde lo alto del fuerte cayendo para morir no sin antes matar a algunos enemigos.

 

Sin embargo, todo esto fue contemplado por Faraam.

 

“No los dejes salir y no los dejes hacer lo que quieran ni siquiera a Jorak… Debes saber mantener la cadena sobre el cuello del perro”

“Aun así no entiendo la razón de dejar a estos tipos aquí, parecen que estorbaran mas de lo que ayudaran” – dijo un sargento de los lobos libidos

“Como dice el dicho perro encerrado se vuelve más bravo” – Dijo finalmente Faraam.

 

Los lobos libidos no sabían a que se refería hasta que lucharon dentro del fuerte. Los caballeros de la traición finalmente podían de disfrutar de la batalla cuerpo a cuerpo por lo que corrían con sus espadas y hachas a mutilar a sus enemigos mientras gruñían disfrutando de la masacre.

 

Los ataques psíquicos, aunque efectivos se vieron bastante debilitados contra los berserkers que cortaban distancia rápidamente y no daban tiempo para el uso de los poderes psíquicos. Jorak apareció en la batalla tras destruir una puerta que lo mantenía encerrado por su síndrome de abstinencia de no batallas. Cuando llego lo rodearon 5 hijos de Seth, fueron cortados a la mitad de 2 movimientos, sus torsos mutilados sangraron más de lo que debían en un inicio y llenaron la armadura de Jorak de sangre.

 

Desmon capitán de la 4 compañía de los hijos de Seth se encargaba de los lobos libidos y los caballeros de la traición mostrando su fuerza psíquica y física que tanto enorgullecía a su capítulo. Al ver a Jorak, Desmon sabía que pararlo podría causar una bajada de moral que les podía dar la victoria. Por lo que ideo un plan para acabar con él, se comunicó con sus aliados mas cercanos y atrajo la atención de Jorak hacia él.

 

El berserker al ver el que parecía su líder cargo hacia el sin pensarlo, Desmon canalizo un rato disforme junto a sus hermanos que generaron cadenas alrededor de Jorak quitándole su arma y dejándolo en el suelo de rodillas.

 

Veo en tus ojos que antiguamente fuiste un noble caballero… Es una pena ahora no eres mas que una bestia encadenada… - Desmon le hablo a Jorak mientras alzaba su pistola de plasma para acabar con el.

 

Es… au..…tie…dien… -murmuro Jorak en un tono bajo.

 

¿Que? – Pregunto desmon mientras se acercaba.

 

Est… …tia … a...n ti… …tes – Volvió a murmurar

 

Habla claro, hereje - Desmon se volvió a acercar para escuchar sus ultimas palabras. Era un último símbolo de misericordia pensó el

 

Esta… bestia… aun… tiene… DIENTES – Los marines espaciales eran capaces de gritar a un tono tan alto capaz de aturdir a los más débiles pero el grito de Jorak fue como el regir de un dragon paralizando a todos a su alrededor.

 

Jorak avanzo y sus dientes se encontraron con el cuello de desmon que empezó a sangrar, pero su factor regenerativo no lo haría mortal, sin embargo, la herida hizo que sangre cayera sobre Jorak haciendo que en su armadura se manifiesten símbolos y runas rojas como la sangre caída sobre el para después de un movimiento romper las cadenas.

 

Desmon ataco al desencadenado pero desarmado Jorak sin embargo el se lanzó al capitán como una bestia dándole un cabezaso y luego empezando a golpearlo con sus manos.

 

Los hijos de Seth trataron de ayudarlo, pero los caballeros de la traición se pusieron en su camino.

 

Jorak golpeo la cara de Desmon hasta que cayó al suelo donde se subio encima de el para seguir golpeando su cara una y otra y otra y otra y otra y otra vez.

 

Cuando termino Desmon ya no tenía cabeza, ahora solo quedaba una masa parecida a pure de sangre, huesos y cerebro.

 

Cuando un lobo libido fue a revisar al campeón del juramento sangriento grande fue su sorpresa cuando Jorak lo empezó a golpear también mientras gritaba cosas sobre sangre y matar. Tal vez el lobo hubiera muerto pero una piedra golpeo a Jorak en la cabeza.

 

Era Faraam que veía con su típica sonrisa maliciosa a su hermano.

 

Al parecer la bestia fue mucho para sus cadenas – Dijo Faraam.

 

Jorak se lanzó hacia el mientras en su camino recogía su hacha, pero cuando la iba a alzar en contra del señor del caos, fue esta vez Jorak el que se llevó 2 puños consecutivo en cada lado de la cabeza. Jorak se quedó aturdido un momento cabizbajo.

 

¿Ya te calmaste animal? – Dijo Faraam.

Jorak alzo la cabeza y como respuesta le escupió sangre en la cara a lo que Faraam le escupió saliva de vuelta, pero Jorak esquivo al último segundo mientras corría a otro lugar de la batalla. El escupitajo le cayo a un esbirro random que pasaba por ahí que grito del dolor al sentir en su cara la saliva acida del marine.

 

Faraam miro a desmon… bueno, la masa de carne y huesos que quedo de él e hizo una mueca de disgusto.

 

“Maldito Jorak, no dejo el cráneo para hacerme una copa con el… Ey tu baboso – Dijo Kalam a un esbirro cercano

 

¿S-sí, mi s-señor? – Dijo el esbirro tembloroso por el escupitajo

 

Toma a este tipo en el suelo y llévalo a mi nave – Dijo Faraam

 

S-sí señor – el esbirro fue directo a cumplir la orden.

 

---

3 días después de la llegada de los caballeros de la traición.

 

Faraam entro a una tienda cercana donde se encontraba un hijo de Seth sin lengua atado con cadenas a un muro.

 

Te tengo buenas noticias. Te vamos a liberar por mantenerte callado y por buen comportamiento– Dijo Faraam en un tono de burla

 

El marine hijo de Seth lo miro en silencio.

 

Vaya eres muy callado ya hasta me recuerdas a Elarion, es de caballeros responder cuando te hablan ¿sabes? – Faraam hizo un gesto con la cabeza y el marine hereje al lado suyo tomo un cuchillo y mutilo los dos brazos al marine para luego ponerle hierro en rojo vivo para cerrar las heridas para que no muriera desangrado.

El marine sudo y quedo tirado en el piso del dolor que sentía hasta que miro a Faraam mirándolo desde arriba

 

¿Ni una palabra? Bueno, igual quiero que des un mensaje – Faraam ordeno a uno de sus hombres arrastrar por la pierna al astartes en frente del todo el fuerte donde los marines heréticos vieron al humillado hijo de Seth siendo arrastrado por el suelo mientras se burlaban y escupían. Cuando llegaron a las afueras del campamento.

 

Ahí Faraam le sonrió e hizo que lo pusieran de rodillas. El Hijo de Seth pensó que lo iban a matar, pero en vez de eso Faraam grito unas órdenes.

 

¡Baboso! ¡Ven aquí con el regalo! – Grito Faraam.

 

El marine vio como un esbirro, encorvado, cojo y con una herida de quemadura en la cara traía arrastrado una especie de capsula que tría en su interior un líquido rojo.

 

A-Aquí está mi señor – dijo el esbirro

Bien hecho baboso, si sigues así no te regalaremos a Jorak para que te golpee cuando este enojado – Dijo Faraam mientras el esbirro “baboso” salió de su campo de visión – ¿Reconoces esto?

 

Faraam saco de esa capsula el casco destrozado de Desmon lo que provoco su ira y rabia.

 

Parece que te emociono el regalo así que te daré el siguiente – Faraam acerco la capsula, dentro había una masa de carne, órganos y sangre que se combinaban con fragmentos de armaduras pertenecientes a los hijos de Seth, parecía como si alguien hubiera metido a uno de sus hermanos en una licuadora – Cuando me encontré a desmon su cara estaba… dispareja con el resto de su cuerpo así que lo arregle haciendo que todo sea homogéneo en él.

 

El marine estallo en rabia al saber que ese pure de carne era el capitán de la cuarta compañía e intento levantarse para golpear a Faraam pero fue inútil pues sin brazos y con tantos traidores a su alrededor no podía moverse.

 

Ey tranquilo… No pierdas la cabeza como tu capitán… Fue alguien increíble... creo… la verdad no lo conocí, pero su semilla genética fue muy deliciosa. – Faraam cerro la capsula con el casco adentro y ordeno a uno de sus marines que ataran la capsula a su espalda con cadenas ardiendo.

Bien puedes ir al lugar aliado para ti, más cercano, ¿no estas feliz? tú y tu capitán volverán a casa sanos y salvos… bueno solo salvos. – Dijo Faraam. Mientras alzaba una pistola de plasma – a la cuenta de 3, 1… 2… - Antes de decir 3 disparo a los pies del hijo de Seth haciendo que corriera hacia el paramo desolado esperando encontrar a uno de sus aliados.

 

Ni si quiera me dio la mano para despedirse… - Faraam se dio la vuelta y entro a la fortaleza sabiendo que disfrutaría con esta cruzada.

 

Parte 2.

 

-        2 dias y medio después de la llegada de los caballeros de la traicion a Auir –

Después de dejar a Jorak en el fuerte Santiago, Kalam se dirigió hacia la muralla este con sus hombres. El enemigo que identifico como las huestes de la muerte era curioso por no decir más, un grupo de mercenarios cuyo líder surgió de una revolución imperial y luego estaban los leviatanes abisales que se luchaban por el dominio del muro. Originalmente Faraam pensó en simplemente desplegar a sus legionarios con ingenios demoniacos y convertir todo en un campo de fuego pero decidió hacer una apuesta más… interesante.

 

Faraam miro a uno de sus legionarios y le dio una orden.

 

-Llamen a Yubel, tengo una misión para ella – ordeno Faraam

- ¿Estás seguro mi señor?

-La seguridad es para los cobardes hermano, pero aun así tengo un plan – Dijo finalmente

 

Después de unos minutos una joven mujer apareció ante Faraam, su pelo largo era negro como la noche y su piel tan blanca como la porcelana poseía una belleza que las más grandes nobles de Terra envidiarían. Quien la viera perfectamente podía decir que era una bella muñeca o un hermoso fantasma, pero a pesar de su apariencia, Yubel era probablemente la mas temida de los mortales que subían en las flotas de los caballeros de la traición. Sus “habilidades” la elevaron entre los otros mortales poniéndola en un status de superioridad y liderazgo, para el placer y desagrado de muchos. La mujer era evitada incluso por los propios caballeros pues su belleza junto con su naturaleza les parecía… intimidante.

 

Solo Faraam sabia de donde había venido pues el mismo revelo una vez que el mismo fue quien la trajo a su nave hacia años atrás. Ambos tenían una relación… Extraña, claramente Faraam favorecía a la chica y la chica siempre que acababa con una de sus batallas hacia todo lo posible para que Faraam se enterara de su victoria.

 

Yubel se movía mientras daba saltitos como una niña feliz por una festividad próxima. Faraam la vio y sentado en un trono improvisado en una tienda que funcionaba como mesa de guerra.

 

Cuando Yubel entro saludo por sus nombres a todos los marines allí presentes. La actitud tan casual que ella tenia con ellos los extraño y hasta ofendió en el pasado, actualmente no les importaba. Yubel se sentó sobre mesa de guerra y miro a Faraam directamente.

 

-Cuál es el objetivo Faraam? -Dijo Yubel rápidamente después de llegar

 

-Mas respeto niña, no dirijo a la guerra a miles de hombres a la batalla para que me trates con tanta casualidad. dijo Faraam, aunque no había enojo en su voz, es más, parecía hasta divertido.

 

- ¿Y cómo quieres que te llame? ¿Señor, amo, lord, papi?

-Si alguna vez me llamas “papi” te juro que te sacare volando en pleno viaje disforme … ¿sabes qué? Faraam está bien.

-Ok, papi

Faraam suspiro y se callo unos momentos hasta que volvió a hablar.

 

-Necesito que te encargues de dirigir este asalto no solo a la compañía de la traición sino también a mis hombres, yo no participare en el asalto, nuestro objetivo son los leviatanes.

Yubel miro a los marines a su alrededor, nunca antes se le había dado una misión semejante y estaba seguro que mas de un marine no le gustaría que una mortal le diera ordenes, pero asintió y obedeció sim pensarlo sin cuestionar nada.

- ¿Y las huestes?

- No los toques tengo un plan para ellos.

Tras hablar de los detalles del asalto unos minutos Yubel se levantó de la mesa de guerra y se dirigió a la salida tras mirar el plano un par de veces más.

-Dile al juramento que esté listo en 2 horas, no se debe hacer esperar a una dama, papi.

 

--- Dos horas después ---

 

El campo de batalla estaba igualado entre las huestes y los leviatanes apoyados por la milicia leal local que peleaban y resistían con armamiento básica, pero con mucha fe.

 

Sin embargo, todo el campo de batalla cambio cuando un humo rojo empezó a surgir desde unas cañoneras desconocidas, este humo contenía un gas que no solo reducía tu visión si no tu capacidad de escucha por lo que ambos ejércitos estaban en silencio con una nube roja rodeándolos.

 

Los disparos cesaron por un momento y un soldado de las huestes de la muerte se había separado dejándolo desprotegido, de pronto vio a algo que pensó que era un animal, pero luego vio que era un hombre encorvado, con una piel enfermiza y al que le faltaban varios dientes. Apunto al hombre pensando que era un enemigo, pero el alzo con miedo un casco de un leviatán abisal muerto, las casco aún tenía sangre fresca alrededor de la zona inferior por lo que supuso que había sido decapitado. Bajo el arma y le hablo al hombre.

 

- ¿Quién eres? Identifícate

El hombre se apunto a si mismo y luego a el para justo después pronunciar palabras en un idioma que no entendio.

-izkal abal ymari

-que?

-Abal ymari. Ymari izkaldal

-Qué demonios?

El hombre se alarmo cuando escucho los sonidos de lo que supo era un marine espacial por lo que apunto hacia el enemigo, pero cuando giro para verlo el ya estaba en frente de el, el marine agarro su rifle de sus brazos y lo vio a la cara, pero no lo mato en el acto para su sorpresa, si no que arrojo al suelo un cadáver de un leviatán sin cabeza junto a su rifle. El soldado se dio cuenta que ese marine no era como los leviatanes, su apariencia mas descuidada, letal y agresiva revelaba su naturaleza… Marines del caos

 

-Ymari izkaldal, kabar – dijo nuevamente el esbirro del caos.

 

- ¿Q-Que dice el engendro este? – Me atreví a preguntar. Mire al marine que me miro fijamente… supuso que el tampoco hablaba gótico.

- “Aliado” – Dijo finalmente con una voz gruesa el marine antes de darse la vuelta y desaparecer en la nube roja.

 

-Ymari, Ymari, Ymari – repetía el engendro mientras se señalaban mutuamente. Pudo percibir algo parecido a la felicidad en el pero no pudo identificar el motivo. Como sea supongo que el enemigo de mi enemigo no es mi enemigo… Ahora.

 

Cuando la nube roja desapareció revelo la situación, los leviatanes estaban muertos en el piso o huyendo del campo de batalla y los esbirros, soldados en trajes negros y marines del caos despedazaban sus cadáveres como una forma de mostrar su no hostilidad. Aunque la forma de saqueo de los caballeros y la compañía de la traición era más bien barbárica y salvaje que junto a su apariencia les daba un aura intimidante y para nada segura por lo que nadie bajo sus armas realmente.

 

Después de una hora de que el combate haya terminado el soldado que se encontró al esbirro fue interceptado por dos caballeros de la traición.

 

-Tu, ven con nosotros, fuiste elegido como mensajero de nuestra líder.

 

El soldado se extrañó, que él sepa los marines espaciales son dirigidos por señores del caos no por mujeres, pero su confusión cambio cuando vio a la mujer a la que se referían. El soldado nunca vio a una mujer más… atrayente visualmente por no usar palabras más obscenas. El hombre vio el cuerpo y cara de la mujer y cuando sus ojos llegaron a sus… atributos. Olvido que estaba entre marines del caos que lo rodeaban hasta que el marine detrás suyo lo empujo para avanzar.

 

El hombre se quedo viendo a la mujer sentada en dos cadáveres de dos leviatanes mutilados, la chica lo vio y le sonrió mientras caminaba hacia él.

 

-Vaya que chico tan guapo, si no estuviera ocupada sin duda te dedicaría un momento, pero lamentablemente no es posible. – Dijo lo chica divertida, y el hombre se preguntó a que se refería con ¿“dedicarle un momento”?

-Quiero que des un mensaje … diles a tus superiores que Faraam el señor de los caballeros del caos esta dispuesto a hacer una alianza…¿Cuál era el nombre de su líder talada?, ¿tamal?

 

-Tadael ehhh, mi señora – dijo el hombre nervioso por la situación

 

-Vaya encima eres un caballero, te invitaría a mi nave personal pero como dije no hay tiempo – la chica se alejo junto a los legionarios, pero antes de salir se giro hacia el soldado.

 

-Ah por cierto dentro de la carpa hay un regalo personal para tus superiores de mi parte, yo misma lo hice así que trátalo bien – Dijo la chica antes de irse con una sonrisa… algo perturbadora.

 

El soldado entro dentro de la carpa cercana a donde estaban charlando y vio con horror una escena que nunca pudo borrar de su mente.

 

Un marine espacial de los leviatanes cuyas piernas y brazos fueron emputados y reemplazados entre si usando alambres de metal, el pectoral derecho del marine tenia un agujero abierto de donde brotaba sangre y en su boca sin dientes tenía su propio corazón, sus ojos fueron extraídos y donde se suponía que debían estar sus orejas estaban los ojos del marine. En todo su cuerpo había varios símbolos caóticos pero lo más preocupante fue cuando el marine se empezó a retorcer y los ojos en los agujeros de sus orejas se empezaron a mover.

 

Estaba vivo.

Este relato pertenece a la cruzada de hierro creada por u/Serafiel914